Conóceme
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Me llamo Sol.
Soy coach anti-caos y de desarrollo profesional.
Te acompaño a que cambies ese caos que está controlando tu vida por el equilibrio que te permita controlarlo a ti y disfrutar.
De todos estos temas hablo en mi lista de correo, donde te comparto reflexiones e historias que pueden entretenerte y ayudarte. Además de ofrecerte mis cursos y mis programas, claro.
Igual te interesa leerme.
Además, al apuntarte te regalo un documento con 2 herramientas con las que puedes recuperar el control de tu vida (si las aplicas, claro).
Te cuento de dónde viene eso del “anti-caos”.
Esos de 6 o 7 cifras de presupuesto, mucha peña currando en el sarao, desde distintos países, en diferentes idiomas, y de equipos variopintos con intereses contrapuestos.
Y mi papel era conseguir que todos ellos trabajaran en línea.
Para que el sistema se implantara, la regulación se cumpliera o el nuevo producto se pudiera contratar.
¡Vamos, para que salieran cosas complicadas!
Ese era mi día a día.
Como podrás imaginar, requería de muchísima organización.
Era complicado y retador, aunque también variado y entretenido.
Para lograrlo, creé un sistema de organización a lo largo del tiempo. Ese que luego acabé llamando mi sistema anti-caos.
La verdad es que se me daba bastante bien dirigir proyectos. Y me lo reconocían. Desde fuera, parecía una persona “de éxito profesional”. Y me fue muy bien, sí.
Sin embargo, mi vida personal casi no existía.
Y yo me sentía personalmente muy vacía.
Tengo 2 niñas de 10 y 12 años, y en aquel momento no les estaba prestando la atención que ellas necesitaban.
Y, además, me las estaba perdiendo.
Ellas me hacían preguntas que me hacían sentir que debía de ser una madre pésima. Y que las cosas más importantes para mí me las estaba perdiendo por una supuesta vida de éxito.
Te voy a poner un ejemplo, el que más me marcó.
Mi hija mayor iba a cumplir 5 años y le estábamos organizando una fiestecita con sus amigas de clase.
Y, en esas, llegó la enana y me preguntó: “Mamá, ¿vas a venir mañana a mi fiesta de cumple?”
¡BOOOOOOOM!
Aquello fue como una bomba atómica emocional que estalló dentro de mí.
Evidentemente iba a ir, pero… ¿qué clase de madre estaba siendo si mi hija me estaba haciendo esa pregunta?
Yo sentía que malísima…
Además, eso me hizo darme cuenta de que estaba siendo incoherente.
Mucho decir que para mí lo más importante era mi familia, pero la realidad no lo estaba mostrando.
En aquel entonces, estaba tan centrada en el trabajo que no me daba la vida para nada más.
Y me tuve que ir dando cuenta de que esa supuesta vida de éxito que yo había comprado no era la mía.
Que mi vida personal era un descontrol y me estaba llevando por delante.
Y que lo que quería era dirigir yo el timón y disfrutar de otra manera.
Sin embargo, tuvo que suceder algo muy doloroso para que tomara acción.
Mi madre se puso muy enferma y se nos fue en menos de dos meses. Ahí, mi mente hizo un clic de verdad, y decidí ponerme en marcha. Despertar de mi letargo y poner orden en mi caos.
Creo que entonces fue cuando puse orden en mi vida de verdad y cambié mi manera de afrontarla. Descubrí una manera de aplicar mi sistema anticaos, ese que creé para el trabajo, a mi vida personal. Y ahí todo cambió.
Evidentemente no es magia. Seguían pasando cosas. Pero mi manera de afrontar mi vida dio un vuelco. Poco después, se anunció un ERE en mi empresa. Iban a salir unas 3000 personas del banco. Algunas de forma voluntaria y otras no.
Y decidí que era mi momento de dar un giro. Pedí a mi jefe que me ayudara a salir para poner orden en casa y replantearme mi futuro. Y accedió. No fue una decisión fácil, pero no me arrepiento para nada.
Entonces descubrí el coaching e hice inmersión formándome en coaching personal y ejecutivo.
El coaching literalmente me cambió.
Me cambió como persona.
Ya había empezado mi transformación y a poner orden en mi vida.
Y esto me hizo terminar de darle la vuelta al calcetín.
Me hizo darme cuenta de que quería ayudar a otros a conseguir eso que yo había conseguido. Ese orden que tanto tiempo me había faltado.
De esta manera uní el coaching con el sistema que yo misma había creado para organizar mi caos. Y evolucioné mi sistema anti-caos paso a paso.
Y lo he seguido mejorando. Le he añadido también herramientas de programación neurolingüística (PNL) y de otras disciplinas.
Porque, además, me encanta leer, me flipa aprender y lo veo todo con mis gafas anti-caos. Y entonces en cuanto oigo un podcast y me sale una idea, corriendo la cruzo con alguna herramienta que conozco… Y ya estoy maquinando y probando.
Y también le sumo lo que aprendo de mis clientes.
Porque desde entonces he ayudado a muchas personas. Algunos desconocidos y otros antiguos colegas.
Creé mis programas anticaos “Tu Vida en Orden”, primero en modalidad 1 a 1 y al cabo de un tiempo también en grupal. Y ya he acompañado más o menos a un centenar de personas, que se dice pronto.
Sin embargo, me encontré con que sucedió algo en este camino. A mí la organización me flipa. Porque he comprobado que te puede cambiar la vida. Literalmente.
Sin embargo, tenía una espinita. Algo que también me llamaba mucho la atención y que no había explorado aún. Me reinventé. Eso ya lo has visto.
Y muchas personas me llegaban preguntándome cómo había sido ese proceso. Cómo había encontrado eso que quería hacer, en qué momento había tomado una decisión y cómo ellos podrían hacer algo parecido.
O no reinventarse forzosamente pero sí al menos reafirmar su camino y dirigirlo de otra manera.
Me llamó la atención porque ese tema conecta mucho conmigo. Me recuerda todo el proceso que viví y me gusta poder acompañar a otras personas en situaciones parecidas.
Y lo curioso fue que, en ese momento en que empezaron a llegarme peticiones de ayuda sobre temas más relacionados con la carrera profesional, me surgió la oportunidad de formarme como coach de marca profesional para la gestión de carrera.
¿Casualidad o causalidad? Tiendo a pensar en lo segundo.
El caso es que uní todo lo aprendido en la formación con mi experiencia vital y lo aprovecho para acompañar a personas a tomar las riendas de su desarrollo profesional.
También doy charlas y conferencias. Y hago procesos de coaching individual y de equipos.
Y, ahora sí, lo más importante para mí, estoy viviendo de cerca el día a día de mis niñas.
Con la certeza de que en lo que hago dejo huella. Y dirigiendo el timón de mi vida.
Ahora sí lo estoy haciendo todo.
Si te sientes identificado con esto que te he contado y quieres saber más, te recomiendo que te apuntes a mi lista de correo.
Apuntarse es un momentito.
Y, si te arrepientes, darte de baja es todavía más rápido.
Además, al darte de alta te llevas de REGALO un documento con 2 herramientas con las para recuperar el control de tu día (y un extra).
¿En qué te puedo ayudar?